8 mai 2009

triste

Compartimos 5 minutos, nada más que cinco, hasta que me preguntó qué me pasaba.
Cuando alguien que prácticamente no me conoce nota que algo no anda bien solamente por cinco minutos compartidos, me doy cuenta que estoy jodida.
"Problemas familiares" le dije tratando de sonreír un poco. El inevitable "algo que pueda escuchar?" con su inamovible "no, gracias".
Es bueno saber que donde menos lo esperamos hay aunque sea una persona dispuesta a escucharte un rato. Claro que el hecho de que te escuchen no quiere decir que les importe (y eso es lo que más te preocupa a veces, no? No importar)
Ayer salí a las 11 de mi casa, entraba al trabajo a las 3, pero no aguantaba más estar encerrada ahí. Sentía en el aire todas las mierdas de la noche anterior, casi me escuchaba gritando y golpeando las paredes del baño. La mano todavía me duele. Los ataques de histeria son feos, asustan. Son incontrolables.

La peor sensación del mundo es la de no poder con el. Sentir que pesa más de lo que los hombros aguantan y, sin embargo, cargarlo contra nuestra voluntad.
Verte hundido, muy abajo, y darte cuenta de que nadie te está buscando.
No, no es exagerar.

Ser la parte mala, la fallada, nunca resulta bien (pero no necesito a nadie que venga a decirme que no lo soy)

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