24 septembre 2012

Una ola de sonrisas.
                                                                                       Una ola de sonrisas.
                                                                                        Una ola de sonrisas.
                                                                                      Una ola de sonrisas.
                                                                                                                      Y el efecto más  
loco del mundo.



16 septembre 2012

Electric Light Orchestra

-Te extraño y no tengo tu número de teléfono

-Te extraño y no tengo tu número 


-Te extraño y no tengo  

-Te extraño y 

-Te extraño.

¡yo también!

Secuencia

Y estaba ahí, jugando con la pantallita en sus manos, como si no fuera su culpa que el tiempo hubiera dejado de correr. Me despistó el movimiento de la copa que caía justo al lado de sus pies, estallando y mojando y cortándole la pierna. "No es grave, apenas sangra" pero me hizo perder el hilo de mis pensamientos. Ahí, como si no fuera su culpa que el resto de la gente estuviera nublada. Hubiera jurado que había más gente, pero no. Ahí, los dos, con los ojos clavados en los vidrios y después en la sangre y después en los ojos del otro. Oscurísimos, cada uno en su rincón, cada uno con su vicio. La pantallita y el fernet. La copa rota en el piso y el pucho contra la suela de mi zapato. Hice un gesto con la mano, casi espantando una mosca imaginaria, apartando el humo que me hacía lagrimear. Se pasó la lengua por los labios. Hice lo mismo. Ahí, sonriendo, como si no fuera su culpa que mi corazón hubiera dejado de latir. La sangre, la copa, los ojos, la boca, la lengua, los labios, la mosca, el corazón. Una sonrisa, el tiempo, un mundo, mi mundo.
Y estaba ahí, mirándome, creyendo que iba a ceder,  creyendo que no iba a ir contra mis instintos.
Pero no. Acá, más acá, todavía duele.

11 septembre 2012

Carta para alguien que conoció en el tren (primer intento)

2 de mayo

Te vi  Te encontré Subiste al tren. Te había visto un millón de otras veces, pero nunca como ayer. Silbabas, por eso te miré. Con el diario abajo del brazo, soplabas las notas con total naturalidad y prescindencia del mundo de los demás. De mi. Siempre quise hablarte, pero nunca No supe qué decir hasta que te acercaste y apoyaste tu mano en el respaldo de mi asiento. Debería haber dicho que te amaba. Dije "¿Te querés sentar?" y bastó para verte sonreír. Iluminaste el vagón Me bajé en Banfield todavía pensando que debería haber dicho algo más, o que no debería haber bajado inteligente. Nunca sé qué decir.
Ayer estabas particularmente hermoso lindo bien Ayer estabas particular. Sentí que me miraste como si me conocieras, como si también me hubieras visto desde atrás de ese libro que terminaste el lunes, sentada de cara a vos, esperando que nuestros ojos se encontraran Por primera vez me desenchufé, quería escucharte, quería que dijeras que me estabas buscando porque silbabas. Así de sencillo fue.
Ojalá hubiera sabido cómo manejar la situación hacer para tocarte, porque estoy segura de que, entonces, el mundo va a explotar.

Sólo quería que lo supieras.