8 mai 2011

Todos tenemos un asesino en el placard.

Título original: Scream 4
Director: Wes Craven
Año de estreno: 2011
Elenco: Neve Campbell, David Arquette, Courteney Cox


Para todos aquellos que durante cuatro años disfrutamos de la saga del genio del terror, Wes Craven, el regreso a la pantalla del casi querido Ghostface es un placer.

Respetando tiempos, personajes e historias originales y agregando un grupo de lindos y tontos adolescentes que dan sabor a la película, Craven logra nuevamente enredarnos en el juego de "descubrir al asesino", reírse de los clichés de toda película de terror e, incluso, reírse de si mismo en lo que me gustó calificar como una "autoparodia consciente" *

Un comienzo distinto, incluso gracioso (cosa que se repite a lo largo de las casi dos horas de película, y en algún punto abusando del humor absurdo), marca qué es lo que debemos esperar del resto del film.

Después de diez años, Sidney regresa a Woodsboro en la gira de presentación de su libro, donde se reencuentra con Gale, que dejó su carrera de periodista para transformarse en la esposa del jefe de policía, Dewey, y con su prima Jill, quien será la protagonista en esta ocasión.
Esta vez, el grupo de jóvenes cinéfilos, fanáticos del terror y un tanto inconscientes, se manejan en un mundo distinto al conocido por Drew Barrymore en los primeros diez minutos de aquella primera película en 1996, haciendo constantes referencias a la era de la informática, como muestra clara de que "vigila quien llama" quedó en el pasado.
Nueva década, nuevas reglas, remakes. Ghostface utiliza para su serie de asesinatos escenas robadas de "Puñalada", la saga basada en los libros de Gale, lo que convierte a esta nueva edición en una constante referencia a las tres anteriores, razón por la cual aquellos que crecimos temiendo al asesino con el cuchillo de caza, sonreímos o nos hacemos cargo de un guiño cada dos por tres.

Si hablo más, lo arruino.

¿SPOILER?

De todas maneras, no todas son rosas para Craven. Aunque el final podría llegar a ser sorprendente, en algún punto y mirándolo con cariño, el móvil de Ghostface esta vez es tan retorcido que pierde el sentido.


En fin, para terminar.
NO es una película de terror, ni de suspenso. No hay tensión ni hay sobresaltos y, hacia el final, se convierte en un absurdo insalvable, y es posible que haya decenas de cosas cuestionables, pero creo que estoy en lo cierto al decir, a todos aquellos que hayan disfrutado las entregas anteriores, que no pueden perderse de esta cuarta, preparándose para ver más de lo mismo, pero distinto.




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