Detesta a todas sus amigas. Cuando lo miran, cuando lo miman, cuando lo halagan y le dicen que todo lo que hace es hermoso. El responde orgulloso, sonriendo, con gestos de cabeza y manos y apenas se da vuelta para mirarla, furiosa, con los ojos clavados en la nada. Como si no estuviera ahí, porque en realidad no está ahí, ignora sus llamados de atención, sus pedidos de perdón, y se aleja. Se aleja incluso más que ayer, cuando se alejaba como se aleja la gente que escapa de las cosas que le hacen mal.

¿Cómo estuvo todo ese tiempo? ¿Cómo va creciendo la chiquita? ¿Le importa algo en realidad?

Que triste estaba y enojada, leyendo a escondidas los mensajes secretos, leyendo entre lineas sin necesidad. Aburrida de extrañarlo piensa en llamar, pero no. Sé que no debe.

¿Es absurdo? Pero odia a sus amigas.