Tarde pero seguro.
4 de abril, sábado, franco en el laburo. Después de casi dos horas de viaje y otras dos de vueltas buscando la puerta por donde teníamos que entrar (no por nuestra falta de capacidad analítica, sino por la culpa de aquellos que nos mandaban a cualquier lado) nos encontramos con las, al menos, 4 cuadras* de piojosos y santos en remera al límite de la histeria, creo yo, teniendo en cuenta que el show ya había arrancado.
Llegamos a la puerta del monumental con "Me mata", de Kapanga, como música ambiental (por lo que un inevitable pogo improvisado con 3 o 4 personas se hizo presente)
Logramos entrar para ver el final de la fiesta que siempre es Kapanga, con el campo medio lleno (¡hay que ser optimistas!) moviéndose, bailando, tarareando, cantando (o intentando) y saltando al ritmo de "Rock"
Lamentablemente, cuando nos vimos en el medio de los empujones y los gritos desaforados, terminó el set.
La voz de Mario Pergolini retumbó en el estadio, sugiriendo que prendiéramos el Bluetooth del celular** y, un poco más tarde, presentando a la que sería la tercera banda en dar su presentación, Los Cafres, de los que no me animo a hablar demasiado por miedo a meter la pata.
Tocaron 4 o 5 temas que conocía ("Bastará", "Looc"...), los que supongo son sus éxitos, y despidieron la tarde con un show francamente excelente.
Cayendo ya la noche, y en esos minutos en los que el escenario está vacío el aire empezaba a temblar, el piso se movía y la ola que gritaba el típico cantito 'invocando' a la aplanadora se acercaba desde el fondo para estallar contra las vallas.
Mario otra vez y, en un segundo, Divididos abría el set con "She's so heavy", de Los Beatles. Siguieron dos horas de show, que se sintieron como 15 minutos, con temas como "La ñapi de mamá", "Azulejo", "El arriero", la presentación de "Todos fuimos" y otro tema perteneciente al próximo disco y, ya para el final, "Ala delta", "El 38" y un popurrí de Sumo.
Mollo se lució tocando la guitarra con una zapatilla revoleada desde el campo y con los dientes durante "Voodoo Chile", y poniendo en su lugar al que alegremente prendió una bengala al comienzo de "Paisano de Hurlingham". Y cabe destacar que al momento de tocar "Todos fuimos", que fue presentada como una canción "...que ya no es nuestra", para los chicos de la tragedia de Santa Fe, el estadio repleto de gente hizo un silencio que erizaba los pelitos de la nuca.
Aunque muchos hubiéramos deseado que durara un ratito más, la presentación de Divididos fue impecable.
Después de comer un helado de limón nos encontramos coreando un muy futbolero "vamo' lo' piojó'", después de, en mi caso, casi 5 años de espera.
Desde más atrás, porque con solamente dos horas de sueño encima mis pies estaban muriendo lenta y dolorosamente, pude disfrutar la aparición de Los Piojos en el escenario, abriendo el show con "Arco", por lo que olvidé la muerte de mis extremidades.
Entre "Ay ay ay", "Chac tu chac" y "Angelito" se dieron lugar a tocar "Civilización", el primer tema de la noche perteneciente a su último disco.
Los botines colgando del micrófono y el campo llevándote inevitablemente para donde la masa de gente saltaba coreando "Marado", "Tan Solo" cantado prácticamente en su totalidad por el público, "Todo pasa", "Difícil" y "El farolito", con una introducción acústica bastante buena y maricona, deben haber sido los mejores momentos del set.
Cerraron con "Finale", leyendo los incontables trapos que la gente sostenía en lo alto, después de más de dos horas y varios amagues de final.
Más de la una de la madrugada eran cuando logramos salir del estadio, entre empujones, con hambre y sed, en la búsqueda de un colectivo que nos acercara un poco a la zona sur.
Una excelente noche, un show genial, que sólo disfrutamos mis amigas, yo, y las otras 62.000 personas presentes en la que pintaron como la "Fecha monstruo" del festival.
*¡Gracias Matías por encontrarnos y ahorrarnos un buen rato de espera!
**Mario, no me llegó nada.
gatos
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