4 mars 2009

17:30 Me largo a caminar por Florida, llovizna, me divierte. Nunca uso paraguas. Empiezo a notar que lo que dice Joan es verdad, la gente que sí lo usa camina igual por abajo de los techos, no dejando lugar a los que no lo llevan, obligándolos a mojarse. Suena Divididos.
18:00 Cae un mensaje. Mi vieja está preocupada, no tiene noticias mias desde las 7 de la mañana. Tuve que pararme abajo de un toldo para evitar que se mojara el celular, el no puede darse el gusto como yo. Respondí, no sé donde estoy, sé que camino por Florida.
18:04 Vuelve a sonar el celular. Sonrío. Para mi sorpresa, no es mi mamá, para mi sorpresa...es el. Sonrío de nuevo, pienso en qué contestar mientras bajo las escaleras del subte. Estoy en Lavalle y Esmeralda. Le digo que me diga dónde está. No responde, termino por volver a casa.
18:15 Estoy en el tren, esperando que vuelva, caen mensajes de distintas personas. Que cómo me fue en el final, que cómo me fue en la entrevista, que si me anoté para la cursada, que aparezca un día por la plaza a tomar algo. Ninguno de el. No me molesta, no me preocupa, vuelvo a sonreír. No sé si es la dulzura de lo que dijo o soy yo, que parezco tener una sensibilidad especial cuando se trata de su persona, o la suma de eso y varias buenas noticias que llegan al mismo tiempo, pero no puedo evitar sentirme bien.
18:50 Llego a la estación, me bajo y llueve a cántaros. Até el buso al bolso, no quiero mojar la agenda (tiene cosas importantes), y otra vez me largué a caminar

Tres cuadras bastaron para ducharme, entera, con agua de lluvia.

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